Los refranes o dichos populares constituyen un gran tesoro de la cultura tradicional; pero viven del tópico, de la falsa y, por tanto, pueden aplicarse oportunamente tanto para un roto como para un descosido. En algunas ocasiones, si nos armamos de paciencia, podemos descubrir que para un refrán dado podríamos encontrar otro que expresa justamente lo contrario. Así, por ejemplo, frente “Al que madruga Dios lo ayuda” aparece “No por mucho madrugar amanece más temprano”. ¿Qué refrán sería el más verdadero? Es el problema de las presuntas verdades absolutas.
Sin embargo, no queremos sumirte en el escepticismo, sino que deseamos que estimules tu inteligencia y conocimiento de la lengua.
Busca, para los siguientes refranes, el correspondiente refrán contrario: en algún caso las palabras destacadas pueden servirte de pista.
¡Suerte!
Al que habla, Dios no lo escucha.
Crea fama y échate a dormir.
Desgracia compartida es menos sentida.
El que la hace, la paga.
Quien ríe el último, ríe mejor.
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